8 de noviembre de 2008

Las vías, la salvación, la sensación térmica

Arrastraba a sus dos hijos por el andén de la estación Artigas mientras fumaba un Particulares o algún otro cigarrillo, a fin de cuentas da lo mismo. Su cara expresa cansancio, como si cada día hubiera sido un año entero, de esos que uno no puede esperar a que terminen. Los mocosos no paran un segundo de gritar, pedir, pelearse, pedir y pedir, pero a esta altura ya no los escucha.

Más o menos cincuenta minutos y a casa, a cocinar, claro, que no es cuestión de andar matando a nadie de hambre y menos cuando se desloman por la familia, o eso dicen, mientras el olor a ginebra, los miedos, la culpa y el te prometo que voy a cambiar inundan el ambiente. Se pierde en los paisajes y en sus pensamientos, sé que es el único lugar donde no tiene que dar explicaciones, le gustaría poder ir más a menudo, pero siempre se siente mal después de hacerlo.

Con su mano izquierda esta raspando el asiento compulsivamente, uno de los chicos le salta encima, el otro no parece estar muy conectado con nada, así que lo trae de nuevo a tierra de un cachetazo. Otra vez empiezan los gritos. El guardia llama mi atención y me pide que me levante del piso, necesita abrir la puerta. Ya me pase varias estaciones y el clima esta pesado, va a ser un verano como todos los otros. La lluvia punzante acompaña mi caminata. Mientras sigo con mi vida el tren se aleja de mi vista.

5 comentarios:

Javi! dijo...

es un placer entrar aca.
Casi como llegar a casa tirarse en el sillon y disfrutar mi cervecita.
Abrazo.

lahijadelsilencio dijo...

Este es un paisaje que constantemente vemos

Como dicen arriba , placer pasar por aca Juanis.
Besos

Anónimo dijo...

Sabés cuál es el problema?
No es la "sensación térmica" que en definitiva es lo que uno siente (vive) día a día.
A mi me preocupa que el pronóstico para los próximos años anuncia cielo nublado y probabilidades de fuertes chaparrones.
No quiero que el agua nos tape.

Anónimo dijo...

G-E-N-i-0 Juan!

Anónimo dijo...

es así, como el de la cervecita, amarga pero super rica