10 de agosto de 2006

Hasta Pacheco y Monroe. Sí, dos antes de Triunvirato

Estaba mirando esta foto que le había sacado a un perro y no sé porque se me vino esta frase a la cabeza. De repente la acompaño una historia sobre un diálogo de esos que creo haber vivido una de esas tantas veces que viví un diálogo, aunque para ser honesto con ustedes, nunca he tenido bien en claro si esas cosas realmente suceden o tan solo las imagino de aburrido que es vivir aquí abajo.

El único problema con toda esta remembranza habitando en mi cabeza, es que jamás ha gustado de mudarse a papel o pantalla por medios propios. Como si esto fuera poco, exige tiempo, atención e incluso buena ortografía, tres cosas de las que nunca he sido muy amigo, aunque me alivia de culpas sentir la reciprocidad del asunto.

A riesgo de sonar como mi padre, debo decir que ya bastante hago durante todo el día, como para encima andar sujeto a los caprichos de una situación de veracidad y origen dudoso, justo a esta hora que es cuando me gusta tomarme un descanso. No es este un momento en el que tenga ganas de ponerme a escribir y mucho menos sobre esta historia.

Aunque, no lo neguemos, puede que en algún momento las ganas vuelvan, me decida y lo haga. Al fin y al cabo tantas veces he decidido tantas cosas que sería necio en mí descartar esta posibilidad, cuando es totalmente factible que en algún momento pueda concretarse. Claro que para ese entonces, todo esto puede ser, tranquilamente, tan solo uno de esos recuerdos de los que me acuerdo porque no me acuerdo de que era que me tenía que acordar.

"No se puede tener todo en la vida" dijo un observador furtivo de la escena y procedió a esbozar un gesto de satisfacción absoluta, de esos que solo sabe esbozar todo aquel que entiende haber dicho una verdad irrefutable... Es que luego de tal demostración de sabiduría, uno ya puede dar por terminado el día y fue así como nuestro amigo, no lo dudo un instante, y pegándole un trago raudo, como de arrebato, al vino en caja que acaba de encontrar tirado en el cordón la calle, decidió acostarse.

7 de julio de 2006

¿Por qué insistir?

Nos matamos como animales y hace rato que olvidamos lo que es respetar a nuestros pares. Nos indignamos que un pedazo de mierda salga a los tiros por Belgrano, matando e hiriendo inocentes... pero a la vez veneramos, con total y enfermiza ceguera, a una de las partes culpables de la mayor masacre -por causas no naturales- de nuestra existencia patria, incluso olvidando, sumidos en un peligroso fanatismo, a las verdaderas víctimas de todo esta tragedia.

Diría que desde 1930 hasta acá nos fuímos yendo lentamente al carajo, pero creo que nuestra propia esencia y soberbia nos condena a repetir día a día nuestra historia y desgracia. Porque somos argentinos y las sabemos todas. Porque si no la ganamos, la empatamos, la impugnamos, termina en incidentes, al menos fuímos campeones morales y estaba todo arreglado.

Y al leer esto muchos sonreíremos, y nos diremos a nosotros mismos "je, que hijo de puta", y así seguiremos a los tumbos, viviendo mil cromañones todos los días.

Quiero creer que se pueden cambiar las cosas, quiero creer en la gente y en mi mismo, pero definitivamente jueves como estos hacen que mi amor por Ezeiza aumente por metro cuadrado... ya es tarde, mejor me voy a dormir, que la fiebre no me baja y no quiero volver a tener pesadillas.

2 de mayo de 2006

Hola, te odio... ¿No me dirías tu nombre?

No voy a mentir y decirles que me estaba desesperando por escribir algo, pero luego de casi un mes sin dejar huella por estos lugares, me pareció correcto dar señales de vida.

¿A que se debió la ausencia?

Exactamente al mismo motivo que va a causar que dentro de poco este lugar este inundado de textos, fotos y canciones nuevas.

Mientras tanto, será cuestión de encontrar un lugar donde comprar pescado.

14 de abril de 2006

El video mató a la estrella radial (a ella no le importo)

Quienes quieran ver el video de Baby Scream!!?! "I Couldn't Care Less About my Life" no tienen más que clickear acá abajo. El mismo trata de dos... dos algo que le cambian permanentemente el cuarto a una pobre niña y bueno, uno de esos algos soy yo.

5 de abril de 2006

Doce veces el dolor

Aunque estaba presente en las canciones que mi vieja supo inculcarme desde que tengo uso de la razón, o en ese poster que colgaba en la pared de mi cuarto al que todas las noches miraba como embobado antes de irme a dormir, una de las cosas que solía atormentarme de chico fue nunca haber tenido a John Lennon.

No me refiero a esto como una posesión, sino al hecho de lamentar nunca haber podido escucharlo en un disco que fuera nuevo, no verlo en algún reportaje, diciendo algo que una vez más revolucionara todo. No fue posible gracias un loco de mierda que decidió llevárselo antes de hora, buscando apropiarse tal vez de un poco de su brillo a fuerza de balazos.

Nunca tuve a John Lennon, pero sí tuve a Kurt Cobain.

Guardo memorias de ver el unplugged cuando todavía era novedad, de reportajes en Semana Rock o el estreno de algún video. También recuerdo ese fin de semana pegado al televisor llorando mientras miraba la programación especial de MTV porque ya no estaba más entre nosotros.

Cada abril desde 1994, precisamente para esta fecha, vuelve todo su recuerdo, su presencia, su carisma y su talento, para ser un fiel recordatorio de porque amamos a la música, y todo lo que nos produce.

Porque Cobain, junto a Richey Edwards, representa esa clase de talento que una vez cada tanto aparece y nos deslumbra, que con la honestidad como componente principal y no negociable, llega a gritar su verdad, sangrarla y desaparecer, dejando un legado que jamás pasara de moda, porque al fin y al cabo ya ha trascendido cualquier moda posible.

En un mundo que cada vez promueve más a héroes desechables y vacíos de contenido, creo que es muy importante tomarnos este momento para recordarlo no por como termino, sino por lo que fue y lo que nos dejo.

Gracias por todo Kurco. Doce años ya, la puta madre, como se te extraña.

27 de marzo de 2006

Córdoba y Pellegrini

La ciudad se esta despertando y miro todo por la ventana. El paisaje gris invita a soñar con perderse en sus alrededores, que se prestan como escenografía ad-honorem de esos días en los que uno solo quiere dialogar consigo mismo.

Será cuestión de caminar entonces, acá ya no hay nada que me retenga.

24 de marzo de 2006

Nunca más

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«Es muy difícil contar el terror de los minutos, horas, días, meses, años, vividos ahí...

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en el primer tiempo el secuestrado no tiene idea del lugar que lo rodea. unos lo habíamos imaginado redondo; otros como una especie de estadio de fútbol, con la guardia girando sobre las cabezas.

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No sabíamos en qué sentido estaban nuestros cuerpos, de qué lado estaba la cabeza y hacia dónde los pies. Recuerdo haberme aferrado a la colchoneta con todas mis fuerzas, para no caerme, a pesar de que sabía que estaba en el suelo.

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Sentíamos ruidos, pisadas, ruidos de armas, y cuando abrían la reja nos preparábamos para el fusilamiento. Las botas militares giraban y giraban alrededor nuestro».

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[ Callizo, Liliana // legajo Conadep n° 4413 // texto extraído de www.nuncamas.org ]


Treinta años ya pasaron y a pesar de que cambiaron muchas cosas, y hoy por hoy, con todas sus falencias y defectos, podemos disfrutar de una "democracia"... no cambio nada: día a día vivimos las secuelas de un hecho sanguinario que se robo una generación entera de argentinos y dejo instaurada en nuestra forma de ser los nefastos "algo habrán hecho" y "no te metas".

El 24 de marzo es hoy, pero si no ejercitamos la memoria, ese bicho molesto que a los argentinos tanto nos gusta ignorar y pisotear, puede volver a ser mañana, pasado y todos los días. Yo no me olvido que en diciembre del 2001, muchos pidieron que vuelvan las botas.

Por respeto a los que no están, por las familias que quedaron destruidas, por todo aquel que ame el hecho de poder estar en desacuerdo con algo y expresarlo, sin temer que le tiren abajo la puerta de la casa para chuparlo, por nosotros, por nuestros hijos y los que vendrán... no olvidemos jamás, aprendamos de lo que la historia nos enseña y no permitamos que esto vuelva a suceder nunca más.

20 de marzo de 2006

Lunes por la madrugada

Horarios que solamente conocía de vuelta pasan a ser el punto de partida.

4:40a.m. va a sonar el despertador y que jebús se apiade de mi alma.

Mozo... haga ese café inyectable.

(Al momento de escribir estas líneas el plan era dormir. 114' más tarde podemos decir que el plan ha fracasado exitosamente).