3 de noviembre de 2008

Relojes de Copenhage

En movimiento constante para que todo siga exactamente igual, ahí vamos, hacia la avenida. La luna esta hermosa, podríamos cruzar el puente, pero claro, podríamos hacer tantas cosas si quisiéramos, mejor no nos preocupemos.

Estas tomando notas, no puedo entenderlo. Fotos, videos, celulares sin flash y el miedo a perder los recuerdos. Yo nunca me acuerdo, solo vivo nuevos e invento otros tantos. Inquietud le llaman y dicen que podría quedarme un poco más tranquilo. Para ellos es fácil.

El cielo esta rosa o naranja, va levantando el fresco. Tu pelo me esconde tu cara tan solo por un momento y luego se escapa. Tarareas esa canción y la cantamos un rato, le cambiamos la letra porque no la sabemos. Nos saludamos y el resto sigue más o menos como siempre.

Los árboles suelen tener otro interés a la mañana, no se si tiene mucho sentido eso, pero a mi me surge pensarlo. He tenido conversaciones más interesantes, también he tenido peores. He tenido noches calcadas, viajes de ida y de vuelta, lugares improvisados como si fueran perfectos.

La ciudad aparece por mi ventana y finjo que es una sorpresa. Todo esta pausado, esta bien que así sea, hay que saber tomarse un momento.

Le gano el asalto al tiempo y dejo que se llenen mis ojos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

si...

la ciudad es grande

Anónimo dijo...

no quiero parecer mala persona, pero nunca lei lo que escribias juan ignacio.
ahora lo leo, y me gusta (: mucho.

lahijadelsilencio dijo...

Este texto Juan me encantó..
De verdad ,es hermoso

*AntagoniSta* dijo...

Mierda che que escribís bien!!

Si 'Caballos' fuera un libro, estaría en el estante donde guardo a los autores que me tristealegran (nótese el énfasis en alegran).



p/d: No me digas que tu segundo nombre es Ignacio????????? No. No me digas mejor.