27 de octubre de 2008

La redundancia de la amnesia

Me pregunto que se siente cargar nafta en un auto, nunca lo hice, no sé manejar. Tampoco sé si la vida en un barco es mejor o peor. Una vez, me subí a la Fragata Sarmiento, pero fue hace mucho tiempo, tenía ocho años creo, y lo único que me interesaba era sentarme cerca de la chica que me gustaba. Nunca me presto mucha atención que digamos, pero bueno, a esa edad uno no pretende mucho más que sentarse al lado, es solo tiempo después que el asunto se pone más complejo.

Sentirse miserable me recuerda a esa gran frazada que nos tapaba cuando teníamos miedo a los monstruos en el cuarto, cuanto más cambian las cosas más nos invade lo mismo. La oscuridad es un refugio odioso, pero tan cómodo que cuesta mucho abandonarlo. Sé una cosa o dos acerca de eso, siempre me estoy yendo y sin embargo parece que siempre diera el mismo paso. El eterno karma de lo malo conocido, lo repetido, lo que pueda suceder y la eterna implosión.

Es como un cuarto espejado, mirando siempre lo mismo desde distintos lados. La puerta esta lejos y a veces me pregunto si perdí la llave a propósito. No es tan raro, hay gente que lo hace, les gusta, les da un motivo y propósito al cual aferrarse en la vida. Si la encontraran vendría algo nuevo y quien sabe de qué se trata. Mejor seguir así, buscando eternamente, al menos no hay sorpresas ni se suman dolores ¿Supongo que piensan eso, no?

Espero acordarme donde deje la llave.

2 comentarios:

Los isleros dijo...

Estas medio Spinetta, Juanete. Ojala que no sea nada. BTW, el lunes que viene voy a ver a Biohazard... puede llegar a ser la experiencia mas patetica de mi vida, despues te cuento.

lahijadelsilencio dijo...

Ojalá que pronto , muy pronto , encuentres la llave Juani
beso enorme